Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2018

Doce vidas.

Voy a partirme el pecho para escribir esto, así que si quieres, aprovecha y cuélate dentro. Qué fácil sería tenerte ahí toda una vida, quizás por eso te pido doce, y quizás por eso mismo debería pedirte unas cuantas más. Yo por mi parte, sigo sin entender qué es lo que has visto en mí, pero sea lo que sea, no quiero que dejes de mirarme así. Porque tiemblo, sé que eres tú porque tiemblo, porque ya me imaginé besándote seis veces antes de besarte, antes de siquiera conocerte. Porque no te puedes imaginar cuánto llegué a temer a tus labios. Sé que eres tú porque existes, porque lates y me paras el corazón y lo manejas a tu antojo cuando duermes sobre mi pecho. Sé que eres tú porque desde que llegaste, mi único miedo son tus miedos, y te juro que ahora envidio a la niña que temía al monstruo de debajo de mi cama. Pensar en tus dudas me tambalea la vida, déjame sacarlas a bailar, que ya se que no tengo ritmo pero es que me encanta verte reir. Porque yo hice esperar 45 minutos,

Siempre he sido yo.

Yo siempre he sido de tropezar mil veces con la misma piedra, aún sabiendo que puedo atraparla. Siempre he sido de amar los desastres, y eso, que no es muy fácil convivir con uno día a día. Yo siempre he sido de llevarme bien con los huracanes, porque dicen que si estás dentro de ellos, no te afectan.  Siempre he ido a contracorriente, de amar lo imposible y, de intentar volar con las alas quebradas.  Hace muchísimo tiempo que se rompieron.  Yo siempre he sido de decir que no, de ir vestida de negro, de no arriesgarme por miedo a la caída y sobre todo, de no saber querer. He perdido a muchísimas personas, que por suerte o por desgracia, ahora están mejor sin mí y, qué putada.  He perdido a esas personas que ha preferido que su orgullo se quedase intacto. Por no correr detrás de aquellas personas y decirles "Quédate", aunque fuese, de felicidad.  Los domingos están hecho para echar de menos, para romperse uno mismo un poquito más, y después coger los pedaci