Ir al contenido principal

Siempre he sido yo.

Yo siempre he sido de tropezar mil veces con la misma piedra, aún sabiendo que puedo atraparla. Siempre he sido de amar los desastres, y eso, que no es muy fácil convivir con uno día a día.

Yo siempre he sido de llevarme bien con los huracanes, porque dicen que si estás dentro de ellos, no te afectan. 

Siempre he ido a contracorriente, de amar lo imposible y, de intentar volar con las alas quebradas. 
Hace muchísimo tiempo que se rompieron. 

Yo siempre he sido de decir que no, de ir vestida de negro, de no arriesgarme por miedo a la caída y sobre todo, de no saber querer. He perdido a muchísimas personas, que por suerte o por desgracia, ahora están mejor sin mí y, qué putada. 
He perdido a esas personas que ha preferido que su orgullo se quedase intacto. Por no correr detrás de aquellas personas y decirles "Quédate", aunque fuese, de felicidad. 

Los domingos están hecho para echar de menos, para romperse uno mismo un poquito más, y después coger los pedacitos del suelo y abrazarlos, como si de tu peluche favorito se tratara. 

Yo siempre he sido de decir la verdad por mucho que duela, por mucho que me cueste; porque yo prefiero los sincericidios, que las mentiras que envuelven las flores. 

Yo siempre he sido de escribir de madrugada, de llorar a escondidas y de mostrarme fuerte ante los demás; siempre he sido de buscar soluciones y hacerlos posibles acariciándole las penas y susurrándoles un "Todo irá bien."

Yo siempre he sido de ir vestida de blanco y negro, sin grises de por medio, aún sabiendo que la mezcla de ambos era la solución. 

Siempre he sido de buscar respuestas, incluso sin conocer las preguntas y de perderme donde nadie pudiese encontrarme. 

Siempre he sido yo, con la sonrisa rota, libreta y bolígrafo en mano y los sentimientos plasmados en el papel. 

Siempre he querido irme, pero nunca alejarme. Siempre he anhelado la felicidad, pero sin tristeza no se vive. Pero y yo, yo estoy muy viva. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi mejor libro de autoayuda.

Que no, que no pienso arrepentirme de cuánto te he querido, que no pienso arrepentirme porque te quise lo más que pude, y como yo sé querer. Sí, soy humana y cometo errores, lo admito, y tú fuiste el error más bonito que yo quise cometer, aunque siempre te voy a considerar la opción más acertada que he escogido en toda mi vida. No pude dar más, ya que por mi parte lo di todo, aunque si que me hubiese gustado hacerlo mejor, y si no funcionó, quizá fue porque no tenía que funcionar, puede ser que sí pero que ese no era el momento, y que puede ser que en un futuro nos volvamos a encontrar, aunque más heridos, más mayores, y ya no es físicamente, con más hostias dadas, pero más sabios, con más ganas de comernos el mundo, y con ello, de nuevo a nosotros. Fuiste tú, quien me creaste las mejores heridas que he tenido, que me enseñaste a saber amar de verdad como nadie antes lo había hecho, que me subiste al cielo estando a escasos metros del suelo, entre sábanas, en tu cama, y sobre todo...

Y te quise, cuando no quería querer a nadie.

No entrabas en mis planes. No entrabas en mis planes, pero como en cualquier juego, la partida puede cambiar dependiendo de por quién apuestes. Y al final, aunque me costó lo hice. Entiéndeme, salía de algo serio y no me apetecía tener que estar demostrando nada a nadie que no fiera a mi misma.  Sentir, volar, caminar sin preocupaciones, pero sobre todo con la libertado que siempre me ha caracterizado. Llegaste cuando menos te necesitaba, me demostraste cosas que no quería ver... Y al final, terminé quitándome la venda y me dejé llevar, solo por el hecho de seguir siendo yo. Y joder, no me arrepiento de haberme jugado tanto por ti. No sé qué somos, tampoco quiero saberlo, pero me encanta. No sé qué nos deparará el futuro, ni tampoco si el tiempo girará en nuestra contra tarde o temprano. Lo que sí que sé, es que quiero disfrutar de esto. No sé qué pasa por tu cabeza, si me echas de menos, si me necesitas, si me quieres, si estás enamorado... pero sé que estás ahí, a mi lado, ...

Día 10. #YoMeQuedoEnCasa

Hoy voy a escribir algo diferente, que salga de mí.  Hoy en día estamos viviendo una pandemia que se está llevando a mucha gente, que está contagiando a muchas personas. Hoy, día 23 de marzo de 2020, 10 días de confinamiento, encerrada en casa. A día de hoy, podría decir que no hago más que pensar en los reencuentros. Reencontrarme con mi madre y mi padre, conocer al bebé más esperado, besar a mis abuelos. Porque además, esto me está sirviendo para darme cuenta de que tenemos que valorar más las cosas que habitualmente tenemos. Diariamente, en nuestras vidas normales, no visitamos a nuestros familiares, no llamamos a nuestros padres, no llamamos a nuestros mayores; pero me quedo con que esto, me está sirviendo para darme cuenta de que a partir de ahora, día a día les prestaré más atención, los llamaré, los besaré. Porque… ¿Qué nos cuesta decir a unos padres que los queremos? Normalmente no estamos acostumbrados a hacerlo, pero deberíamos. Familia, os quiero. Solo pienso en p...