Ir al contenido principal

Cuando me veas.

Cuando me veas ya no me reconocerás. Te preguntarás que fueron de todos aquellos juegos a los que nos comprometimos a jugar y de los que yo ya no quiero saber nada.

Me mirarás e intentaras encontrar todas las ganas que te puse hace ya un tiempo. Te juro que no las encontrarás.

Te sorprenderás, al darte cuenta, de que yo ya no paso por la cuerda floja de tu precipicio, que desde la última hostia, por fin he espabilado. Si, si, me ha costado.

Me verás muy viva, pero no por ti, faltaría más.
Me verás derrapar por curvas de sonrisa que si merecen la pena, te fijarás y te darás cuenta de que yo ya no tengo miedo, que el cinturón lo llevo de decoración y solo dejo que me acompañen a las personas que saben que sin riesgo la vida no tiene gracia.

Me verás y te preguntarás que fue de la cría que siempre viste en mi o que pensaste que fui. Esa cría se bajó hace tiempo de tu tren y fíjate, que estaba tan harta de perder trenes que se construyó el suyo propio. Ahora viaja por ahí sin rumbo buscando vistas que sí merezcan. Librando sus guerras personales.

Que una se cansa de librar guerras que no van con ella. Una se cansa de sostener lo insostenible. De que no la quieran y para que no te quieran mejor irte. Y yo me fui. Tan lejos como pude.

Tan lejos, que por si me ves, no te extrañes si me encuentras bailando tangos con la verdad e ignorando las mentiras, que las mentiras siempre acaban pisando y tengo los pies hinchados de tantos pisotones.

Cuando me veas, déjate de juegos, que me los se de memoria y me aburren.

Pues eso, todo esto, para cuando me veas.


Modelo:
Instagram- Cristina (@criistina1993) • Fotos y videos de Instagram

Páginas:
Instagram- Alba 🤗 (@albagaspar__) • Fotos y vídeos de Instagram
Facebook- Alba Gaspar Gil
Twitter- AlbaGas. (@albagaspar__) | Twitter
Email- albikaortega2013@gmail.com



Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi mejor libro de autoayuda.

Que no, que no pienso arrepentirme de cuánto te he querido, que no pienso arrepentirme porque te quise lo más que pude, y como yo sé querer. Sí, soy humana y cometo errores, lo admito, y tú fuiste el error más bonito que yo quise cometer, aunque siempre te voy a considerar la opción más acertada que he escogido en toda mi vida. No pude dar más, ya que por mi parte lo di todo, aunque si que me hubiese gustado hacerlo mejor, y si no funcionó, quizá fue porque no tenía que funcionar, puede ser que sí pero que ese no era el momento, y que puede ser que en un futuro nos volvamos a encontrar, aunque más heridos, más mayores, y ya no es físicamente, con más hostias dadas, pero más sabios, con más ganas de comernos el mundo, y con ello, de nuevo a nosotros. Fuiste tú, quien me creaste las mejores heridas que he tenido, que me enseñaste a saber amar de verdad como nadie antes lo había hecho, que me subiste al cielo estando a escasos metros del suelo, entre sábanas, en tu cama, y sobre todo...

Queriendo en silencio.

Todavía te pienso cuando creo que no lo hago, cuando me preguntan si ya he olvidado, cuando miro a la luna porque dijimos que estuviésemos donde estuviésemos, no estaríamos tan lejos si la veíamos en el cielo. Busco tus ojos entre la gente deseando encontrarlos para pedirles que se queden. Vuelvo a fallar, a esperar un salvavidas que no caerá en el mar mientras yo me ahogo en mis propios pensamientos al creer que volverás, como un náufrago a la deriva en un juego de azar. ¿Qué hicimos mal? ¿Por qué no vuelve todo a atrás? ¿Por qué cuánto más quiero olvidarte, antes vuelves a mi mente para decir que nunca te irás? Cada recuerdo que lleva por dentro y que le es imposible sacar, que si tuviese la oportunidad de volver a conocerte, lo haría, aun sabiendo lo que va a pasar, aun conociéndote como te conozco ahora. Todavía pienso en cada herida qué cosiste y en cada beso a todas las cicatrices, los paseos bajo la lluvia, en los que daba igual mojarse y cada manera en la que hiciste desa...

Doce vidas.

Voy a partirme el pecho para escribir esto, así que si quieres, aprovecha y cuélate dentro. Qué fácil sería tenerte ahí toda una vida, quizás por eso te pido doce, y quizás por eso mismo debería pedirte unas cuantas más. Yo por mi parte, sigo sin entender qué es lo que has visto en mí, pero sea lo que sea, no quiero que dejes de mirarme así. Porque tiemblo, sé que eres tú porque tiemblo, porque ya me imaginé besándote seis veces antes de besarte, antes de siquiera conocerte. Porque no te puedes imaginar cuánto llegué a temer a tus labios. Sé que eres tú porque existes, porque lates y me paras el corazón y lo manejas a tu antojo cuando duermes sobre mi pecho. Sé que eres tú porque desde que llegaste, mi único miedo son tus miedos, y te juro que ahora envidio a la niña que temía al monstruo de debajo de mi cama. Pensar en tus dudas me tambalea la vida, déjame sacarlas a bailar, que ya se que no tengo ritmo pero es que me encanta verte reir. Porque yo hice esperar 45 minutos, ...